lunes, 18 de abril de 2022

PEÑÍSCOLA: La Ciudad del Mar.

Hemos estado ocho días en Peñíscola, aprovechando un viaje del Imserso, aunque no es la primera vez que visitamos este precioso pueblo perteneciente a la red de “Los pueblos más bonitos de España”. Peñíscola es conocida por su extraordinario Castillo (el Castillo del Papa Luna), construido por los caballeros templarios y escenario de películas como El Cid y series como Juego de Tronos, pero también tienen un atractivo especial sus idílicas playas de aguas cristalinas, tanto la playa norte como la sur. También la naturaleza ofrece muchos rincones, senderos y playas vírgenes en El Parque Natural y Reserva Marina de Sierra de Irta.

Preciosa vista panorámica desde el mar

Nuestro alojamiento ha sido en el Aparthotel Acuasol, muy cerca de la playa, en la Urbanización Peñismar, en la Playa Norte de Peñíscola. La distancia hasta el centro de Peñíscola es de unos 2 Km. pero en las inmediaciones hay de todo farmacia, tiendas, bares, restaurantes, cafeterías y discotecas. El hotel dispone de piscina exterior, bar de aperitivos, sala de juegos, Sala Relax & Fitness, sala de TV, aparcamiento, etc. Las habitaciones son muy amplias y confortables con buenísimos colchones en las camas.

Entrada al Aparthotel Acuasol

Sala dormitorio
Llegamos alrededor de mediodía y tras alojarnos fuimos al comedor. Te adjudican una mesa y ya siempre en la misma mesa. Esto es bueno porque no tienes que buscar cada vez que vas al comedor, aunque entres algo tarde. El buffet es aceptable con plancha de carne y pescado, además de varios platos calientes y fríos. Postres variados, fruta, yogur y helado.
Baño y dormitorio
Este primer día, que era Miércoles Santo, lo dedicamos a descansar del viaje y a pasear por los alrededores que eran conocidos por nosotros, ya que habíamos estado alojados en otras ocasiones en hoteles como Acuazul, Casablanca, Acualandia, etc.

Casi todos los días íbamos al mediodía a Benicarló para tomar el aperitivo en el bar El Mercat, donde nos preparaban unos marisquitos a la plancha para chuparse los dedos. Las gambas impresionantes de buenas y sabrosas, los calamares riquísimos y las típicas galeras de Peñíscola fresquísimas, aún vivas. Y cuando es época de alcachofas, las alcachofas a la plancha como en el bar El Mercat en ningún sitio. Un día lo dedicamos a visitar Benicarló.

Deliciosas galeras de Benicarló

Y las gambas estaban sabrosísimas

Estupendos calamares a la plancha

Paseo por Peñíscola: 

El primer día lo dedicamos a pasear por Peñíscola. Siempre hemos estado acompañados por unos amigos con los que hacemos bastantes viajes. Dejamos el coche en los aparcamientos del Puerto, ahora son zona azul como casi en el pueblo, pero no es muy caro, y entramos por acceso más antiguo de la villa, el Portal de Sant Pere, al que llegamos subiendo desde el puerto. Fue mandado construir por el papa Luna, con un gran arco de piedra que luce el escudo del papa Luna en su parte superior. Continuamos callejeando ya que, sin lugar a dudas, lo más atractivo de esta bella y encantadora villa de Peñíscola, es el paseo por su casco antiguo, por su peculiaridad, sus vistas, su entorno y su arquitectura popular, entre la que destaca la bonita Casa de las Conchas. 

Junto al puerto

Delante del Portal de Sant Pere

Pocos metros más adelante del Portal de Sant Pere, al final de la calle Atarazanas, nos encontramos con el Bufador que es una enorme brecha por donde el mar resopla con fuerza y furor en los días de temporal. Cuando el Mediterráneo está algo más movido y se agita, el sonido que surge por el Bufador se incrementa e incluso puede suceder que el agua ascienda por el conducto y salga de manera violenta por él, mojando la calle y provocando un sonido muy fuerte. Los vecinos de este especial rincón ya están acostumbrados a las peculiaridades del Bufador de Peñíscola, por lo que no solo lo miran con normalidad, sino que disfrutan de estos momentos en los que el Mar Mediterráneo que baña las playas de Peñíscola sube hasta el peñón y lo deja todo mojado salado por la fuerza de los embites de las olas.

Continuando por la calle Príncipe, entre tiendas típicas y restaurantes, llegamos al Museo del Mar, emplazado en el antiguo edificio “Les Costures”, sobre el Baluarte del Príncipe, formado por fotografías, dibujos y grabados antiguos, así como varios dispositivos tecnológicos y tres acuarios con especies marinas. Su prioridad fundamental es la de proteger, conservar y difundir el patrimonio cultural, salvaguardando lo más característico de nuestra cultura popular marinera. La entrada es gratuita. Al salir del museo enseguida nos topamos con la bonita Casa de las Conchas por su peculiaridad, sus vistas, su entorno y su arquitectura popular. Y ya, terminando de subir las empinadas calles, el faro y el magestuoso Castillo, el monumento más emblemático, en lo más alto del peñón, fortaleza levantada por los Caballeros de la Orden del Temple en el siglo XIII, sobre una alcazaba árabe ya existente, cuya cruz remata la puerta. Más tarde se convirtió en la residencia de uno de los personajes más célebres y representativos de la historia de Peñíscola, Pedro Martínez de Luna, más conocido como  Benedicto XIII o el controvertido antipapa Luna, elegido papa durante el Gran Cisma de Occidente, que dividió a la Iglesia a finales del siglo XIV y depuesto en el concilio de Constanza, en el año 1414, aún así continuó proclamando su papado hasta su muerte en el año 1423, que tuvo lugar en su retiro del Castillo de Peñíscola.







Ahora ya comenzamos a bajar calles, aunque casi a la misma altura tenemos la plaza de la Ermitana y la Iglesia de la Ermitana, donde se encuentra la imagen de la patrona de Peñíscola, construida a principios del siglo XVIII sobre los restos de otra ermita más pequeña, muestra típica del barroco valenciano, con una fachada de sillar y un gran campanario. Seguimos bajando por estrechas, sinuosas y empinadas callejuelas, rodeadas por las sólidas Murallas de la fortaleza hasta llegar a la parroquia de la Virgen del Socorro, con tracería gótica del siglo XV elementos románicos. Finalmente salimos por el Portal Fosc, llamado también Portal de Felipe II, que fue la principal puerta de entrada a la ciudad, de estilo renacentista, su construcción se le atribuye a Juan de Herrera.

   

La Semana Santa, con sus pasos, sus procesiones y sus dos cofradías, hacen de estos días que Peñíscola respire devoción y respeto por cada una de las calles del casco antiguo. Comenzando el Domingo de Ramos y finalizando el domingo de Resurrección. Las procesiones del jueves, viernes y sábado Santo salen a las 10 de la noche y la Procesión del Encuentro, el Domingo de Pascua tras la misa de las 8:30 horas.

También hay visitas guiadas gratuitas de temática histórica, por el entorno monumental, la visita nocturna, por el Parque Natural de la Sierra de Irta y la visita guiada estrella por la Peñíscola de Cine organizadas por la Concejalía de Turismo.